- Hizo entrar en mis entrañas las saetas de su aljaba.
- Fui escarnio a todo mi pueblo, burla de ellos todos los días;
- me llenó de amarguras, me embriagó de ajenjos.
- Oh mi Cristo, los que anhelan la bienaventurada esperanza,
- son en los que Tú confías,
- porque son tus auténticos siervos.
- Mis dientes quebró con cascajo, me cubrió de ceniza;
- y mi alma se alejó de la paz, me olvidé del bien,
- y dije: Perecieron mis fuerzas, y mi esperanza en Jehová.
- Oh Alfa y Omega, es de tu gracia bendita,
- nuestro espiritual sosten;
- y nada a tu lado nos faltará.
- Acuérdate de mi aflicción y de abatimiento, el ajenjo y de la hiel;
- lo tendré aún en memoria, porque mi alma está abatida dentro de mí,
- esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré.
- Oh Santo de Israel,
- Tú eres el primero y el último, el principio y el fin,
- en tu majestuoso nombre siempre confiaré.
- Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
- Nuevas son cada mañana; grande es su fidelidad.
- Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.
- Oh Sumo Hacedor, el propósito del eterno santuario es hacernos partícipes de tus glorias.
- Y serán revestidos con la única y perfecta verdad,
- los heraldos que en la bóveda celestial con mi excelsa diestra sus nombres esculpiré.
- Paz de Cristo
miércoles, 8 de noviembre de 2023
LAMENTACIONES 3:13-15 EN CRISTO
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