Absteneos de toda clase de mal.
Y asumid inequívocamente la disciplina del Señor.
Porque poder de Dios para salvación es el Evangelio celestial;
y en sus gloriosos principios permanece el eterno amor.
Coquetear con el maligno,
te arrastrará al hedor reprobable.
Busca el rostro del Altísimo,
y será tu fortaleza su gozo inefable.
Haz un análisis meticuloso,
de cada perniciosa vicisitud.
Oh Omnipotente Redentor, huiré de lo ominoso,
para guardarme en tu santa plenitud.
En las promesas de la Sagrada Palabra,
se manifiesta el cumplimiento de tu salvación.
Negarse a sí mismo es la imperativa advertencia,
que Cristo Jesús ciñe en tu corazón.
La oracion persistente,
lleva implícita, oh Señor, el discernimiento de tu sagrado propósito.
En mi rendida adoración estará siempre presente,
avanzar con denuedo por tu sobrenatural camino, oh Cristo bendito.
Has de esforzarte para que tu ser tripartito:
espíritu, alma y cuerpo sea santificado.
E invoca en todo tiempo el nombre del Señor Jesucristo,
y recibirás de gracia el galardón del siervo bienaventurado.
Paz de Cristo
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