Sí, nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo,
y al contristarlo desagradamos a Cristo Jesús.
Del pecado ninguno de nuestros miembros esta exento.
Porque si hemos sepultado al hombre pecador en el bautismo con el Señor Jesucristo, y nos ha dado nueva vida resucitando con Él, somos sus preeminentes hijos de luz.
Tenemos una deuda latente, oh Rey de reyes,
con tus favores y misericordias.
Y la habremos resuelto siendo sumamente obedientes,
a todos los preceptos de las Sagradas Escrituras.
Las dudas se oponen frontalmente a la fe,
y contristan al Santo Espíritu.
Si tienes la convicción de dar por cierto lo que no se ve;
generarás una inadmisible deuda con la duda, que hace desvanecerse en ti la excelsa luz con un obscuro propósito.
La Palabra expresa el pensamiento omnisciente del Sumo Hacedor.
Y ni una jota de su texto sagrado mostrará impedimento,
para que obre en nuestra alma su majestuoso y eterno amor.
Las pruebas del Omnipotente Salvador,
sobrepasan el humano entendimiento.
Si no tienes dudas de que el Todopoderoso es tu Formador,
serás salvo y de toda deuda absuelto.
Paz de Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario