Jesús, dijo: Sed santos, porque yo soy santo.
Oh Rey de reyes, Tú eres el autor y consumador de la fe.
La humanidad dio lugar, oh Cordero inmolado, en la cruz del Calvario,
a tu sacrificio de alevosía tan execrable.
Predicar el Evangelio, oh Señor Jesucristo,
es el más grandioso honor.
Y has de discernir con sabiduria la sobrenatural verdad del Santo Espíritu,
para no hacer descrédito de su excelso amor.
Qué hagan veto de su exhorto bíblico,
es la máxima prueba del heraldo.
El "habla y no calles", dejo un indeleble poso
en el discípulo bienaventurado.
Con la espada de dos filos, que es el Espiritu de la Palabra.
vencerás a las tinieblas del maligno.
Porque el siervo que la guarda,
dispuso para morir por la eternidad a su corazón genuino.
No existe mayor bendición, ni tan santa,
que dar a conocer hasta lo último de la tierra el glorioso Evangelio.
Manifiesta el fulgor de tu alma;
porque servir con denuedo al Señor, es un celestial privilegio.
Paz de Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario