Asumir del prójimo su errática acción,
manifiesta en nosotros la piedad de Cristo.
Porque al creer en la misericordia del perdón,
desterramos de facto el subjetivo juicio.
El hijo de Dios ha de sustentar la espiritual diferencia,
y posicionarse en la genuina compasión.
Invocad en el nombre de Jesús el derramamiento de su santa clemencia,
para dar sepultura a toda aflicción.
Donde está el Espíritu del Señor hay libertad,
y destierra toda amargura.
Perfecta edificación es la verdad,
cuando en su cimiento no existe el vicio oculto de ninguna fisura.
El prejuicio no ha lugar en el principio piadoso,
y obstaculiza la comprensión transparente.
Oh Omnipotente Creador del universo,
haz que nuestro arraigo compasivo se armonice con tu sabiduría, de belleza resplandeciente.
Amas al Rey de la gloria;
porque Él te amó primero.
El amor te dará la eterna victoria,
que anhelas de tu Señor y Salvador en el día postrero.
Paz de Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario