Porque la vida mana del corazón,
y en su transparencia resplandece la pureza del ser humano.
Oh Cristo, con el poder de tu gloriosa unción,
la obscuridad del maligno habremos sepultado.
Un prodigio es el óleo santo,
en el siervo del Sumo Hacedor.
Y desciende de lo alto,
cuando el alma esta ceñida por el perfecto vínculo del amor.
Si añades un palmo a tu estatura,
tendrás el grandísimo privilegio de ver la eternidad.
Este hecho sobrenatural nunca ha sido factible, según dice la Sagrada Escritura,
que es la infalible verdad.
Enmascarar los pecados,
ha lugar a una mentira reprobada por la Palabra.
Y habréis de ser bienaventurados,
al recibir el bendecido ungüento del Señor de señores, que en el eterno santuario guarda .
En nuestra efímera vida,
ser salvos es el mayor galardón.
Anhelamos, oh Redentor, tu venida,
para ser arrebatados con la amada Iglesia de tu santa unción.
Paz de Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario