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jueves, 26 de septiembre de 2019

EL DÍA Y LA HORA DEL FIN, OBRAN EN TU PODER, OH CRISTO

Oh Señor Jesucristo, la falta de fe, 
impide al ser humano la visión de tu gloria.
El que cree, oh Señor, lo que no ve,
de tu sagrada llaga hace memoria.

El Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último, dice: Yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.
Hagamos caso omiso de la necedad.
Jesucristo, no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta,
Él es la única e inmarcesible verdad.

Necesitamos, oh Rey de reyes, la piedad de tu excelso perdón.
Oh Fiel y Verdadero, Tú eres la estrella resplandeciente de la mañana.
Tu admirable e inextinguible luz es el camino de nuestra salvación,
y el santuario de la eterna morada.

Jesús, dijo: Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y dice mentira.
Porque sin santidad no se verá al Señor.
Purifica con la sangre del Cordero tu alma,
y que sean sus preceptos la bienaventuranza de tu perfecto amor.

Nadie sabe ni el día, ni la hora;
y, oh Redentor, vendrás como ladrón en la noche.
Velad y orad, y con el corazón tocad el  manto de Cristo.
Y correrán de vuestro interior ríos de agua viva,
anunciando al mundo la gracia del Santo Espíritu.

El arrebatamiento de la Iglesia del Señor es inminente.
Obedeced con gran celo y sed fieles a la Palabra.
Buscad sin desmayo el rostro del Omnipotente;
y en el día postrero, alcanzaréis del Señor de señores la grandiosidad de su misericordia santa.

El Todopoderoso Jesucristo, súbitamente hará su aparición en las nubes; y todo ojo le verá, incluso los que le traspasaron.
Y el corazón de la santísima Iglesia se rendirá a sus gloriosos pies.
Oh mundo impío, recibirás un pavoroso e irreversible impacto; y recordarás cuando los siervos de Cristo Jesús, en su nombre que es sobre todo nombre te predicaron.
Coronarás de eterna gloria, oh Salvador, a los que creyeron en tu venida. Y echarás a los incircuncisos al infernal fuego consumidor, que para vergüenza y confusión por la eternidad de condenación es.

Y el que da testimonio de estas cosa dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. 
Invocad su nombre con fervor todos sus santos.
Los que perseveran hasta el fin son tus hijos de luz, 
y te profesan genuina adoración, oh Altísimo Señor, para ser de tu majestuosa gloria salvos.
                 Paz de Cristo 




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