Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Porque el ser humano es exclusivamente competente por el Todopoderoso Señor Jesucristo.
Aun los bienaventurados,
son únicamente formados por el Santo Espíritu.
El don de la fe es el que interviene en toda buena obra,
para la santificación del alma,
En el terreno estéril la semilla no fructifica,
necesita cada segundo de su existencia al Rey de reyes que a su creación ama.
Nosotros amamos a Dios, porque Él fue el primero que nos amó.
El Omnipotente guarda con desvelo a su creación.
Y de su rebaño dejó a las 99 ovejas, para ir a por la que se perdió;
porque adolecía, oh Fiel y Verdadero, de tu magnificente perdón.
Jesús, dijo: Mis ovejas oyen mi voz y me siguen; porque yo soy el buen pastor.
Y de mi Palabra reververa el eco sagrado,
que edifica con el vínculo perfecto del amor,
al que en el día postrero será bienaventurado.
Los pasos que has dado por la angostura del camino,
te han llevado indefectiblemente a los pies del Salvador.
Y ahora ves luz eterna en tu destino;
porque el Señor de señores te ha dado su majestuoso amor.
Paz de Cristo
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