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sábado, 12 de noviembre de 2022

A TODO EL QUE QUIERA PREDICAR LA SAGRADA PALABRA, LE RECIBES TÚ, OH CRISTO

  • La Biblia dice: Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. 
  • Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. 
  • Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, pero no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. 
  • Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
  • Oh mi Cristo, gracias te damos por ser siervos escogidos de tu eterna plenitud,
  • e inmerecidamente nos has dado como guía a tu Santo Espíritu. 
  • Porque somos peregrinos y heraldos,
  • oh Señor, que discurrimos por la gloriosa senda de tu reino celestial.

  • Oh Alto y Sublime, 
  • a nadie has excluido de tu llamado. 
  • Tú tocas a la puerta de cada corazón, y al que este dispuesto a abrirla con una actitud firme,
  • habrás dado por hecho, que anhela ser oveja de tu prado.

  • Oh Rey de reyes,
  • nuevas son tus misericordias cada mañana.
  • Y los que de tu majestuoso nombre somos adoradores, 
  • postrados ante tu presencia, anhelamos morar en tu gloria santa.

  • Oh Hijo del Hombre, 
  • seguimos tus sagradas huellas con inusitado fervor.
  • Y no dudamos, que en el cielo escribirás nuestro nombre,
  • oh Cristo Redentor. 
  •  
  • Oh gran Yo Soy, 
  • desde antes de la fundación del mundo, nos escogiste para ser las almas del arrebatamiento de tu Iglesia amada. 
  • Y será un día, oh Cristo Jesús, de tu eterno hoy,
  • cuando volaremos hasta las nubes, para vivir contigo en la gloria bienaventurada.
  •                Paz de Cristo 

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