- Oh mi Cristo,
- nada inmundo nos arredrará en tu gloriosa presencia.
- Y es que, el poder del Santo Espíritu,
- nos ha dado su gracia de excelencia.
- Oh Alto y Sublime,
- la coraza de justicia y el yelmo de salvación, son nuestra provisión para la final victoria.
- Y ningun vil inicuo a tu pueblo le divide;
- porque su morada será la eterna gloria.
- Oh Eterno,
- concernidos estamos de la sabiduría de lo alto.
- Y es que, en la bóveda del cielo,
- oh Señor, cada nombre de tus consagrados siervos has escrito.
- Oh Santo de Israel,
- tu Sagrada Palabra ha sido de edificación para nuestro veleidoso ser.
- Multiplicada por la celestial unción recibida, se vivificó nuestra fe,
- para lo que por el Espíritu otros no ven, tus discípulos si puedan ver.
- Oh Alfa y Omega,
- las asechanzas del diablo,
- ya no pueden entrar en nuestra bendecida alma;
- porque tu muerte, sepultura y resurrección, oh Rey de reyes, nos libertó del obscuro pecado.
- Paz de Cristo
martes, 8 de noviembre de 2022
¡REGOCIJAOS! PORQUE AL MALIGNO VENCISTEIS EN CRISTO
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