- Oh mi Cristo,
- solo el pobre en espíritu, se ve en tu eterno amor
- gloriosamente concernido;
- porque no existe nada fuera del siervo consagrado, que no sea inherente a su celestial candor.
- Oh Cristo Redentor,
- el ultraje, escarnio y vituperio en la cruz;
- no fue obstáculo para tu excelso amor,
- que pervive en tu inaccesible luz.
- Oh Santo de Israel,
- en tu ministerio público, un sinnúmero de milagros quisiste que pasarán inadvertidos, para que el culmen fuera la salvación de las almas.
- Porque insoslayable, oh Señor, es el don de la fe,
- para ser loado por los que a tus pies cayeron rendidos, reconociendo que eres el Omnipotente Dios que les amas.
- Oh Sumo Hacedor,
- de gracia recibida, somos tus verdaderos hijos.
- Y porque excede de todo conocimiento tu amor,
- oh Santo, del linaje sobrenatural no has hecho genuinos.
- Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo,
- de tu excelsa diestra nace el sublime amor.
- Y a toda verdad nos llevará el Santo Espíritu,
- por ser del universo el Sumo Creador.
- Paz de Cristo
miércoles, 2 de noviembre de 2022
EL AMOR, PODER SUBLIME EN CRISTO
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