- La Biblia dice: Pero esto digo, hernanos: que la carne y la sangre no puede heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
- He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
- Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
- Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que esta escrita: Sorbida es la muerte en victoria.
- ¿Dónde está, oh muerte tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.
- Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
- Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
- Oh mi Cristo, en la prueba, superaremos toda aflicción,
- para ser en tu majestuoso nombre consagrados.
- Porque solo en tu santísima verdad hay gloria.
- Oh Cristo Rey,
- nada puede obrar santamente fuera de tu Espíritu;
- porque todo el que no le profesa adoración a Él,
- está en el séptico abismo de lo profano.
- Oh Cristo Redentor,
- tu sacrificio en la cruz del Calvario, sustenta los mimbres de la salvación.
- Y es la intervención de tu piadoso amor, ante el escarnio y vituperio de la chusma,
- lo que convierte, y da inconmensurable fe al humano corazón.
- Oh Santo de Israel,
- no cabía más mamifestacion de gloria, en la pureza de tus terrenales milagros.
- Y no fue suficiente, para doblegar al fariseo inicuo y cruel,
- que nunca tornó en bondad sus lacerantes latigazos.
- Oh Fiel y Verdadero,
- nuestra precaria mente no puede entender como te humillaste hasta lo sumo, para dar vida a trapos de tan obscena y sórdida inmundicia.
- Oh Santo, el eco de tus gloriosas palabras resuenan aún en el ignoto universo; porque Tú verbalizaste: Consumado es. Momentos antes de expirar, crucificado en el madero.
- Y, oh Señor, diste luz, al que postrado a tus pies, vio su salvación en tu sobrenatural indulgencia.
- Oh Alfa y Omega,
- la predicación de tu ministerio público, fue siempre meridiana para el que quiso entender.
- Y es que, en todo exhorto de la Sagrada Palabra,
- libre y bienaventurado es el que puede creer.
- Paz de Cristo
lunes, 21 de noviembre de 2022
EL GRAN YERRO QUE COMETE LA HUMANIDAD, ES NO SER LIBRE EN CRISTO
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