NO EXISTE NINGÚN IMPEDIMENTO PARA EL QUE CREE EN TU MILAGRO, OH CRISTO

• Jesús, dijo: Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
• Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. 
• Oh mi Cristo, benditos son los milagros, 
• que concedes a tus verdaderos siervos.
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• Jesús, enseña: De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. 
• Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.
• No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumplan las Escrituras: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar.
• Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy. 
• De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. 
• Oh Cristo Altísimo, el discípulo que en tu glorioso nombre evangelizó, 
• celosamente lo hizo para que las almas os convirtiereis.
• Y es que, el corazón ungido, es el que inequívocamente puede al prójimo amar;
• porque en tu reino, oh Señor, vive a día de hoy.
• Y por tal motivo, de todo inconverso se apiadó.
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• Oh Sumo Redentor, 
• en la cruz del Calvario, la tormenta más tenebrosa en el yermo desierto, fue tu abominable inmolación. 
• Y lo suplió tu grandioso amor,
• dado por la consumada fe de todo tu corazón. 
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• Oh Santo de Israel, 
• tu eterno propósito de salvación, 
• fue hecho para que diera el fruto del mayor milagro por fe, 
• en la errática y humana perdición.
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• Oh Rey de reyes y Señor de señores, 
• ayúdanos a poner por obra tu Sagrada Palabra.
• Y porque cada mañana son nuevas tus misericordia, oh Cristo Jesús, derrama sobre nosotros tus bendiciones, 
• para que se manifiesten tus milagros de gloria.
•               Paz de Cristo