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jueves, 10 de noviembre de 2022

LOS QUE ESTÁN EN LA PENUMBRA ESPIRITUAL TE QUIEREN PARAR, PERO TU POESÍA DA TODA LA GLORIA AL TODOPODEROSO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO

  • Oh Sumo Redentor, 
  • del olor fragante de tu gloria está revestida mi poesía Cristocéntrica. 
  • Y únicamente por el que te profesa verdadero amor,
  • es incensada la Palabra más profética.

  • Oh Cordero inmolado, 
  • desde lo alto de la cruz, dijiste: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
  • Y es que, tu majestuoso perdón, alcanzó también al que de la séptica iniquidad estaba impregnado, 
  • para que tu majestuosa luz, oh Señor, traspasara al corazón desposeído del genuino bien.

  • Oh Hijo del Hombre, 
  • tus gloriosas enseñanzas hay que ponerlas por obra.
  • Y el que nunca creyó en tu santo nombre, 
  • te da farisaicamente la gloria.

  • Oh Santo de Israel, 
  • en tu ministerio público,  los fariseos te persiguieron hasta darte muerte en la cruz del Calvario. 
  • Pero nunca supieron que Tú, oh Rey de reyes, eres el autor y consumador de la fe,
  • para ser el primogénito de los muertos resucitado, por la gracia del eterno santuario. 

  • Jesús, dijo: Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
  • Por  sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
  • Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
  • No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
  • Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.
  • Así que, por sus frutos los conoceréis. 
  • Oh Eterno, Tú conoces nuestras piedades,
  • y también nuestros perniciosos antojos.
  • Y es que Tú, oh Sumo Hacedor, todos los pelos de nuestra cabeza tienes contados, 
  • y no puedes ser burlado por ninguno pensamientos bastardo;
  • ya que tu infalible balanza, hará el irrevocable juicio;
  • y separará a las ovejas de lo cabritos, para darles una justa salvación o condenación, sin ninguna acepción de personas entre paréntesis. 
  •                   Paz de Cristo 

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