- Oh mi Cristo,
- en la autentica adoración, no exite fingimiento para exaltar tu glorioso nombre.
- Oh Santo Espíritu,
- clamamos para ser fieles e inquebrantables a tu sobrenatural verdad. Y con el corazón contrito y humillado nos postramos a los santisimos pies del Hijo del Hombre.
- Oh Cristo Redentor,
- para el que maximiza su fe, no le es necesario ver con la luz del sol tu humillante muerte, y muerte de cruz en el Calvario.
- Lo que debemos poner por obra como condición indispensable, es creer en el piadoso amor,
- oh Rey de la gloria, que derramaste para redimir a toda la humanidad desde el eterno santuario.
- Oh Sumo Hacedor,
- Tú nos diste la belleza inconmensurable, que emana de tu luz inaccesible.
- Y nos has ofrendado tu excelso amor,
- oh Rey de reyes, para que demos toda la gloria a tu presencia inconmovible.
- Oh Sumo Alfarero,
- tienes una paciencia sin límites, en volver a moldear nuestro vaso deteriorado.
- Porque tu anhelo en el día postrero;
- es que, tus siervos escogidos traspasen el glorioso umbral del bienaventurado.
- Oh Alfa y Omega,
- los heraldos que testificamos poéticamente en tu excelso nombre;
- de gracia hemos recibido, para dar de gracia,
- a los que aún están perdidos; y antes del fin, oh Sumo Salvador, habrán de adorarte.
- Paz de Cristo
jueves, 24 de noviembre de 2022
ÚNICAMENTE EL QUE SE COMPADECE DEL PRÓJIMO, ES EL QUE TE AGRADA HASTA EL FIN, OH CRISTO
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