- Oh mi Cristo,
- el mayor milagro terrenal, es que un inconverso se postre a tus pies con quebrantamiento de espíritu, oh Señor, y que de sus pecados, humillado y contrito fervientemente se arrepienta.
- Pero es tu gracia, oh Santo Espíritu,
- la que suple toda necesidad del alma que en ella se sustenta.
- Oh Santo de Israel,
- en tu ministerio público, hubo un sinnúmero de milagros.
- Y en todos y cada uno de ellos, estuvo presente el don de la fe,
- que dio carta de sobrenatural gloria a tales prodigios.
- Oh Alto y Sublime,
- Tú eres consubstancial al proceso de eternidad.
- Y nada te exime,
- de ser síntesis de la única verdad.
- Oh Eterno,
- Tú vives en la luz inaccesible.
- Y como milagro del cielo,
- habitas lo intangible.
- Oh Santo,
- Tú te muestras en la omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia.
- Y gracias te doy, oh Rey de la gloria, por haberme engendrado,
- y poder morar en tu eterna esencia.
- Paz de Cristo
miércoles, 23 de noviembre de 2022
LOS MILAGROS SE MANIFIESTAN EN TU GLORIOSA POTESTAD, OH CRISTO
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