NO PUEDES PREDICAR CON SANTA UNCIÓN, SI NO ANDAS COMO ANDUVO EL SEÑOR JESUCRISTO

• Oh mi Cristo, todo el que predique tu Sagrada Palabra, 
• ha de ser un heraldo consagrado a tu glorioso nombre.
• Porque para servir a tu amada Iglesia, ha de estar en santidad; y en su pureza no habrá ni arruga ni mancha,
• para estar en consonancia con el Hijo del Hombre. 
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• Oh Santo, 
• majestuosa es tu presencia.
• Y el siervo que exhorta el Evangelio de la gracia, oh Cristo Jesús, en tu lugar, ha de estar ungido por el Espíritu; 
• y ser su viviente testimonio de excelencia. 
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• Oh Alto y Sublime, 
• Tú habitas la sobrenatural eternidad.
• Y en tu sagrado culto, prevalecerá siempre el extremo de lo solemne,
• para dar a conocer la única y santísima verdad.
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• Oh Sumo Alfarero, 
• del frágil barro nos hiciste, para que al recibir tu gracia, diéramos de gracia.
• Pero será en el día postrero,
• cuando tu justa balanza pesará nuestra alma.
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• La Biblia dice; El que estaba sentado en el trono dijo: He aquí yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
• Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente del agua de la vida. 
• El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. 
• Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. 
• Oh gran Yo Soy, reconocedoras de tu celestial voz son tus genuinas ovejas; 
• porque han testificado que redimiste a toda la humanidad, con  la preciosa sangre derramada por tu sagrada herida.
• Y en su perversa laceración, oh Señor, continúa el inicuo;
• porque nunca podrá saber, que por tu llaga fuimos curados, su alma vil e inmunda.
•                   Paz de Cristo