- La Biblia dice: Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tienen cuidado de vosotros.
- Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
- Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.
- A él sea la gloria y el imperio por los siglos. Amén.
- Oh mi Cristo, Tú nos preservarás del camino de muerte a tus escogidos siervos,
- y nos guardarás de la sordidez del moribundo.
- Harás, oh Señor, que tu celestial santidad en nosotros respladezca,
- para recibir de gracia el eterno Edén.
- Oh Alto y Sublime,
- nadie se puede sustraer a la obscura concupiscencia;
- pero si está en tu adn, resístela impertérritamente,
- con tu espiritual excelencia.
- Oh Santo de Israel,
- en los días de tu carne, el diablo también te tentó.
- Pero en su abismal obscurantismo, había una ingente malignidad exenta de fe;
- y todo su satánico plan, oh Rey de reyes, ante tu excelsa gloria se frustró.
- Oh Cristo Jesús,
- toda perversa obscuridad,
- se desintegra en el perímetro eterno de tu inaccesible luz,
- oh gran Yo Soy, que es la magnificente santidad.
- Jesús, dijo: Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos.
- Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
- Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.
- Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.
- Yo les he dado tu palabra; y el mundo les aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
- No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
- No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
- Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
- Oh Cristo Altísimo, Tú siempre has amparado a tus siervos,
- para que testifiquen de tus prodigios gloriosos.
- Oh Alto y Sublime,
- guárdanos de los malignos,
- que se arrastran por el lodo nauseabundo.
- Y haz sentir el gozo celestial,
- a todo ser moribundo;
- que se mostró contrario, oh gran Dios, a tu excelsa verdad.
- Paz de Cristo
martes, 22 de noviembre de 2022
AUNQUE EN TU VIDA SEA PERSISTENTE LA TENTACIÓN DEL MALIGNO, TÚ PERPETÚA LA ADORACIÓN EN CRISTO
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