- Oh mi Cristo,
- Tú no eras la victima, sino la manifestación de gloria en la cruz del Calvario.
- Y es que, tu preciosa sangre derramada nos dio vida y vida en abundancia a los que creemos en tu Santo Espíritu.
- Y nuestro anhelo es seguir recibiendo la unción, que con lenguas como de fuego llenó el aposento alto.
- Oh Cristo Altísimo,
- todas las lacerantes lascivias del inicuo,
- fueron por tu excelsa diestra arrojadas al abismo.
- Y por la justicia del Eterno, será el diablo para siempre sepultado en su infernal destino.
- Oh Santo de Israel,
- nada nos impedirá ser dignos de morar en la eternidad.
- Porque, oh Soberano Señor, Tú nos has dado el don de la fe,
- para permanecer en la perfecta y única verdad.
- Oh Cristo Jesús,
- el propósito de la Sagrada Palabra,
- nos permitirá traspasar el umbral de tu inaccesible luz,
- para ver la santa faz del que más nos ama.
- Oh Alfa y Omega,
- tu luz admirable puso fin a la perniciosa obscuridad.
- Porque el perverso pecado, no ocupo más el alma, oh Rey de la gloria,
- del heraldo que sin desmayo testifica tu inconmensurable piedad.
- Paz de Cristo
jueves, 10 de noviembre de 2022
TODA OBSCURIDAD DEL MALIGNO SE DISIPÓ, ANTE TU MAJESTUOSA LUZ, OH CRISTO
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