- Oh Cristo Redentor,
- inconmensurable fue tu piedad por los abyectos pecadores en la cruz del Calvario.
- Y de tal calibre es el desconocimiento que tiene el ser humano de tu excelso amor,
- que sería necesario que doble sus rodillas atemporalmente, oh Rey de reyes, en tu sobrenatural santuario.
- Oh Cristo Jesús,
- nada obraba fuera de tu grandiosa clemencia.
- Y guiados por tu majestuosa luz,
- nos has permitido seguir, oh Señor, por la sagrada senda de excelencia.
- Oh Alto y Sublime,
- máxima es la dificultad, cuando uno quiere alcanzar la estatura del varón
- perfecto.
- Pero tu gran misericordia, oh Rey de la gloria, en nada le exime,
- perseverar hasta conseguir tamaño galardon, a tan valiente y esforzado siervo.
- Oh Hijo del Hombre,
- lo infranqueable se rendía en tu angosto, y a la vez expedito camino.
- Y es que, tu glorioso nombre es sobre todo nombre,
- oh Cristo Altísimo.
- Oh Santo de Israel,
- Tú no dejaste a nadie en la estacada.
- Porque únicamente se fundamenta en tu fe,
- oh gran Yo soy, el alma bienaventurada.
- Paz de Cristo
sábado, 19 de noviembre de 2022
LA PIEDAD, COMPROMISO SIN LÍMITES EN CRISTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario