Amar al Señor Jesucristo,
no es una opción.
El Mandamiento más excelso,
dice: Que hemos de amarle de todo nuestro corazón.
El Templo Universal,
lo reedificaste, oh Cristo Jesús, en la cruz del Calvario.
Su cúpula Celestial,
cierra los límites del Universo, transformándolo en un Glorioso Santuario.
Oh Señor Jesús, tu Preciosa Sangre derramada,
a la vida humana le dio Eterna belleza.
Y será alma bienaventurada,
la que te profesare máxima obediencia.
Oh Señor de señores, tu Resurrección en Majestad,
se tradujo en un milagro a desaprobar.
El humano desacierto de la infidelidad
fue un hecho, sobre el Rey de la Gloria, que nos redimió en su Sagrado Altar.
Oh Cristo Redentor, por tener fe en la Palabra,
nos ha sido revelada tu Exaltación, como Señor de la Gloria.
Sólo al siervo, que con el corazón contrito ama,
le arrebatarás con tu Iglesia Santa en Victoria.
Paz de Cristo
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