Cristo, dijo: Si no te niegas a ti mismo, no eres digno de seguirme.
Que no te asalte la duda,
y ten está convicción firme;
porque el corazón tibio, ante el Señor Jesucristo se desnuda.
Oh Señor, nos moldeaste como a un vaso de barro.
Y fuimos hechos a tu imagen y semejanza.
Guárdanos en la Gracia de lo Eterno;
para abrir la puerta de la fe, con absoluta certeza.
El pensamiento frágil,
no es de Cristo.
Asume tu naturaleza fútil,
y predica sin reticencia el Evangelio del Espíritu.
No tengas apego a la tierra yerma.
Busca en tu iniciativa,
que esté presente la Palabra;
para ser edificada en la Roca, perfecta dádiva de la Vida.
Escudriña las Escrituras,
para tener el gozo del Altísimo.
Y, noche y día,
recibirás al postrer Adán, en ti mismo.
Paz de Cristo
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