Jesucristo, comparó la perfección de su Glorioso Reino,
a una semilla de mostaza.
Y es que los Cielos, derramaron la Sabiduría máxima, en lo que parece mínimo;
y tuvo presente, que de su Gloria, hizo con ella cumplida semejanza.
Si siembras la Palabra,
no descuides lo que parece imperceptible.
Nuestra vida, Dios la creó de la nada.
El Universo es Providencia del Señor; y para nuestra mente, se vuelve indefinible.
Del crecimiento de lo sembrado,
has de cuidar.
Y cuando en su estatura se haya perfeccionado,
a la Humanidad podrá amar.
En Cristo, refugio serás,
del alma que fluctúa en la tibieza;
y como el águila sus fuerzas renovarás,
para que toque del Cielo su Grandeza.
Oh Señor, Fe y Verdad,
van unidas.
La Eternidad,
sólo acoge a excelentes semillas.
Paz de Cristo
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