Oh Cristo, en nuestro beneficio,
Tú sembraste.
Discípulos somos del Evangelio,
que, oh Señor, en tu Ministerio público predicaste.
Oh Cristo Jesús, salvar almas,
fue tu meta diseñada.
Por la lluvia Santa fueron regadas.
Eres el Señor de la mies, dando Eterna Vida
al que más ama.
Oh Señor Jesucristo, depositarios de tu Palabra,
nos has hecho.
¿Eres el que ama,
al que te hizo el desprecio?
Oh Señor Jesús, nos demandarás,
la perfecta conservación de nuestra cosecha.
Lo sembrado en el camino bendecirás,
antes de que el maligno lo entenebrezca con su endecha.
Oh Redentor, nos has alertado,
de que la mies ha de ser segada.
Fuiste el Cordero Inmolado;
para que en tu Resurrección, sea de Salvación toda alma consagrada.
Paz de Cristo
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