Oh Cristo, guardados en la inocencia,
seremos de Salvación.
Derramado arco iris de reverencia,
que unge de Luz el corazón.
Oh Señor Jesús, la cándida niñez,
se ciñe de Santidad.
Inexistente es su sensatez,
al depender su alma de la única Verdad.
Jesús, dijo: Dejad que los niños se acerquen a mí,
y no se lo impidáis; porque de los tales es el Reino de los Cielos.
Y creó la Gloria, con un Sagrado fin,
dar Santa morada a los inocentes, por sus ojos contemplados.
¡Si no os convirtiereis en niños,
no entraréis en el Reino de los Cielos!
La Palabra, nos muestra la Eternidad en sus versículos,
y no deja opción a los incrédulos.
Oh Señor Jesucristo, siempre cumpliré tus Mandamientos,
que desde el misterio Eterno nos han sido revelados.
En los altos aposentos,
sólo morará la Iglesia Santa, de discípulos consagrados.
Paz de Cristo
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