Oh Cristo, de tu simiente,
somos linaje unívoco.
Desde antes de la Fundación del mundo nos escogiste,
para ser de tu amada Iglesia, Santo testimonio.
Oh Señor Jesucristo, a los necios
convertiste en sabios.
Dotaste de virtud a los despiadados.
Y fue ejemplo de tu Reino, el incircunciso de más agravios.
Oh Señor Jesús, el don de la fe,
nos hace ver Santuarios en el fango.
Todo es posible, para el que cree;
y por el poder del Espíritu, es manifiesto lo Santo.
Oh Cristo Jesús, como siervos disciplinados,
la Verdad, nos ha hecho cautivos.
Asidos a los Santos vientos huracanados,
se ha forjado el linaje de discípulos invictos.
Oh Rey de reyes, anhelamos volar,
en el incienso del arrebatamiento Sagrado.
Que tu Diestra, oh Señor de señores, en la Eternidad nos haga habitar,
para sublime gozo del bienaventurado.
Paz de Cristo
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