Blanca ha de ser el alma,
como la piedrecita, oh Cristo, que Tú me has de dar,
con un nuevo nombre ceñido de Gloria;
y en su confidencialidad, poderte en la Eternidad adorar.
Hermoso pensamiento Eterno,
en tu deseo, oh Señor,
de ser íntimo.
de ser íntimo.
Exaltando, que la Gloriosa Salvación
es concedida con la privacidad y misericordia de tu amor.
Ser herederos de la Nueva Jerusalén,
nos colma de gozo.
Poseer de Gracia la Ciudad del Edén,
es la ensoñación poderosa de lo más Glorioso.
Fiel a tu Palabra,
será siempre nuestro corazón.
Y daremos la vida, si hace falta,
para ser dignos de tu Santa Unción.
Deseo saber, oh Señor,
el nombre Eterno.
Y gozar del Santísimo Amor,
que nos has preparado en el Cielo.
Paz de Cristo
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