Oh Cristo, nada es oculto a tu presencia,
en el Universo.
Proyectad irreprensible obediencia;
y se volverá el pecador, siervo converso.
Las tinieblas, oh Señor Jesucristo,
nos impiden ver el camino.
Oh Santo Espíritu,
de tu inmarcesible sabiduría he de ser ungido.
No hay mayor riqueza,
que conocer al Señor.
Él es la Verdad perfecta,
porque su Palabra es dádiva de Santísimo honor.
Dios, te hace un llamado,
para que de Vida Eterna ensanches tu corazón.
Hoy puedes ser bienaventurado,
si das el paso solemne de la Salvación.
Oh Cristo Jesús, guárdame en tu Evangelio,
y seré Santo.
Todos podemos tener el privilegio,
de ver nuestro nombre escrito en el poder de lo alto.
Paz de Cristo
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