Todo poder de Cristo,
se perfecciona en la debilidad.
En la Gracia del Cielo, sucede su inefable pensamiento:
manifestado en la Palabra de Eternidad.
De Dios es el Espíritu,
que nos da la Verdad del conocimiento Eterno.
El único propósito de Jesucristo,
es llevarse a su amada Esposa, en el arrebatamiento.
El oro es purificado por el fuego.
Y el Señor nos manda pruebas;
para ver, si nuestra fidelidad lucha con denuedo,
en la defensa de las almas salvas.
El enemigo, muestra con astucia su displicencia,
en la búsqueda de nuestra separación del Rey de reyes.
Persigamos, oh Señor, tu excelencia,
que abre la puerta estrecha, concediendonos tus galardones.
Oh Cristo, ver tu Rostro es la meta.
Nada nos puede separar del Señor;
si a tu alma ciñes la Fe Santa,
que es gozo y fortaleza de su amor.
Paz de Cristo
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