Oh gran Yo Soy, eres el Sublime Hacedor que habita la Creación. Autor y consumador de la fe,
en ti preexiste el misterio de la Vida.
Y fue la Luz Universal del que todo lo ve,
en su Mano Soberana sostenida.
No habría certeza de nada;
si, oh Señor, no lo hubieras preparado de antemano.
De tu provisión bienaventurada,
da Santo y cumplido testimonio el ser humano.
Cada segundo de nuestra existencia,
sentimos el corazón latir en la Verdad del Espíritu.
Todo se manifiesta en la Omnipotente Magnificencia
del que mide la vida, que es nuestro Señor Jesucristo.
Jesús, dijo: Yo soy la vid, y vosotros los pámpanos; separados de mí, nada podéis hacer.
En el poder de la Palabra,
estamos protegidos al nacer;
luego seremos probados en la fe, y derramaras de Gracia, oh Señor, sobre el que más ama.
El fruto de Espíritu
nos da la Salvación;
porque ante esto no hay ley, sino justicia por la fe en Cristo,
para ser de Gloriosa Redención.
Paz de Cristo
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