SALMO 44:13-16 EN CRISTO

• Nos pones por afrenta de nuestros vecinos, por escarnio y por burla de los que nos rodean.
• Nos pusiste por proverbio entre las naciones; todos al vernos menean la cabeza.
• Cada día mi vergüenza está delante de mí, y la confusión de mi rostro me cubre, por la voz del que me vitupera y deshonra, por razón del enemigo y del vengativo. 
• Oh mi Cristo, por ser predicado tu santo nombre, las hordas nos ultrajan y golpean;
• pero ningún inmundo doblegará nuestra doctrinal certeza,
• siempre nos someteremos al Sagrado Escrito. 
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• La Biblia dice: Todo esto nos ha venido, y no nos hemos olvidado de ti, y no hemos faltado a tu pacto.
• No se ha vuelto atrás nuestro corazón, ni se han apartado de tus caminos nuestros pasos, para que nos quebrantases en el lugar de chacales, y nos cubrieses con sombra de muerte.
• Oh Cordero inmolado, con tu abominable muerte, y muerte de cruz en el Calvario, 
• se hizo real nuestra redención; porque a todos nos perdonaste.
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• La Biblia enseña: Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios, o alzado nuestras manos a dios ajeno, ¿No demandaría Dios esto? Porque él conoce los secretos del corazón. 
• Pero por causa de ti nos matan cada día; somos contados como ovejas para el matadero.
• Oh Rey de reyes, la ignorancia bíblica, no nos dará tu aprobación;
• porque Tú, oh Señor, no nos ignoraste a ninguno de nosotros; cuando justificabas nuestros pecados, clavándolos en el madero.
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• La Biblia enfatiza: Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no te alejes para siempre.
• ¿Por qué escondes tu rostro, y te olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra?
• Oh Altísimo Señor Jesucristo, el que quiera recibir tu admirable luz, a tus pies ha de postrarse;
• porque Él ama, al siervo que busca su rostro en la angosta senda.
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• La Biblia incide: Porque nuestra alma está agobiada hasta el polvo, y nuestro cuerpo está postrado hasta la tierra. 
• Levántate para ayudarnos, y redímenos por causa de tu misericordia. 
• Oh Santo de Israel, al obviar la grandiosidad de tu fe, todo nos aterra;
• pero sabemos, qué el Omnipotente nos guarda cada segundo de nuestra preciosa vida, hasta alcanzar la morada eterna.
•                Paz de Cristo