- Señor abre mis labios, y publicará mi boca tu alabanza.
- Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto.
- Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
- Oh mi Cristo, tus milagros obedecen a la máxima diligencia; no se sabe de ellos, oh Señor, que en su naturaleza eterna haya tardanza.
- Oh Rey de la gloria, todos tus prodigios suceden de facto;
- pero tardos son, en su entendimiento, los incrédulos seres humanos.
- La Biblia dice: Haz bien con tu benevolencia a Sion; edifica los muros de Jerusalén.
- Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto u ofrenda del todo quemada; entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.
- Oh Soberano Señor, únicamente la gracia nos permitirá entrar en el Edén;
- pero sin santidad, su umbral nadie podrá traspasar.
- Oh Cristo Redentor,
- ¿será qué tu horrenda muerte en la cruz del Calvario, la humanidad lo trivializa?
- Y tu majestuoso perdón desde la cruz, con tan piadoso amor;
- ¿dónde lo oculta el inicuo, oh Rey de reyes, cuando tu santísimo corazón lo verbaliza?
- Oh Santo de Israel,
- en tu ministerio público, nos dejaste un sin número de prodigios y señales.
- Y sin embargo, el universal resplandor no trasciende al ser humano por falta de fe;
- y necesita perentoriamente, deshacerse de sus tenebrosas incredulidades.
- Oh Alfa y Omega,
- sabemos, que no es por nuestras fuerzas,
- sino por el Espíritu de tu Sagrada Palabra,
- que es la espada que esgrimimos en las doctrinales batallas.
- Paz de Cristo
viernes, 25 de marzo de 2022
SALMO 51:15-17 EN CRISTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario