SALMO 65:1,2 EN CRISTO

• Tuya es la alabanza en Sion, oh Dios, y a ti se pagarán los votos.
• Tú oyes la oración; a ti vendrá toda carne.
• Oh mi Cristo, dar es de bienaventurados;
• que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, es de ser un siervo fiable.
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• La Biblia dice: Las iniquidades prevalecen contra mí; mas nuestras rebeliones tú las perdonas.
• Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti, para que habite en tus atrios; seremos saciados del bien de tu casa, de tu santo templo.
• Oh Altísimo Señor Jesucristo, en tu crucifixión te escarnecieron las abyectas hordas;
• y tu majestuoso perdón, fue el más piadoso ejemplo. 
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• La Biblia enseña: Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia, oh Dios de nuestra salvación, esperanza de todos los términos de la tierra, y de los remotos confines del mar.
• Tú, el que afirma los montes con su poder, ceñido de valentía; el que sosiega el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas, y el alboroto de las naciones. 
• Oh Cristo Redentor, en el execrable martirio de la cruz del Calvario, nos enseñaste a amar;
• porque únicamente de ti, hemos recibido sobrenaturales bendiciones.
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• La Biblia constata: Por tanto, los habitantes de los fines de la tierra temen de tus maravillas. Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.
• Visitas la tierra, y la riegas; en gran manera la enriqueces; con el río de Dios, lleno de aguas, preparas el grano de ellos, cuando así la dispones. 
• Haces que se empapen sus surcos, haces descender sus canales; la ablandas con lluvias, bendices sus renuevos. 
• Oh Alto y Sublime, 
• Tú das provisión de un sinnúmero de dones, 
• a tus consagrados siervos.
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• La Biblia enfatiza: Tú coronas el año con tus bienes, y tus nubes destilan grosura. 
• Destilan sobre los pastizales del desierto, y los collados se ciñen de alegría. 
• Se visten de manadas los llanos, y los valles se cubren de grano; dan voces de júbilo, y aun cantan.
• Oh Santo de Israel, todo el que se ha bautizó en tu santo nombre, es una nueva criatura.
• Y es que, el que en tu poderoso nombre se gloría, 
• de su palpitante corazón, las alabanzas emanan. 
•                Paz de Cristo