DEUTERONOMIO 32:1-3 EN CRISTO

• Escuchad, cielos, y hablaré; y oiga la tierra los dichos de mi boca.
• Goteará como la lluvia mi enseñanza; destilará como el rocío mi razonamiento; como la llovizna sobre la grama, y como las gotas sobre la hierba; porque el nombre de Jehová proclamaré. Engrandeced a nuestro Dios.
• Oh mi Cristo, la gloriosa salvación es del que tu majestuoso nombre invoca;
• y es que, tus genuinos siervos son los que traspasarán el umbral de los bienaventurados. 
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• La Biblia dice: Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; es justo y recto.
• La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha, generación torcida y perversa.
• Oh Fiel y Verdadero, confiamos en la eterna provisión de tu Evangelio,
• que nos vivifica con su sagrada promesa.
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• La Biblia enseña: ¿Así pagáis a Jehová, pueblo loco e ignorante? ¿No es él tu padre que te creó? Él te hizo y te estableció. 
• Acuérdate de los tiempos antiguos, considera los años de muchas generaciones; pregunta a tu padre, y él te declarará; a tus ancianos, y ellos te dirán. 
• Oh Alto y Sublime, en tu excelsa diestra; no hubo nombre de tus perfectos heraldos, que el Santo Espíritu no cinceló;
• para que sea el sello indeleble de las almas que se salvarán. 
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• La Biblia constata: Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones, cuando hizo dividir a los hijos de los hombres, estableció los límites de los pueblos según el número de los hijos de Israel. 
• Porque porción de Jehová es su pueblo; Jacob la heredad que le tocó. 
• Oh Sumo Hacedor, tu bienaventurada esperanza se hizo previsiblemente para el infiel;
• porque ante tus mandatos de gloria, no se humilló. 
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• La Biblia enfatiza: Le halló en tierra de desierto, y en yermo de horrible soledad; lo trajo alrededor, lo instruyó, lo guardó como a la niña de su ojo.
• Como el águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas, Jehová solo le guió, y con él no hubo dios extraño.
• Oh Alfa y Omega, entre tu pueblo elegido; no faltó, el que no fue juicioso,
•  y se hizo rebelde ante el gran Dios Soberano. 
•                  Paz de Cristo