- Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina.
- Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia.
- Oh mi Cristo, tu sagrada huella se torna indeleble en la senda santísima;
- conmoviendo nuestra alma tu gloriosa presencia.
- La Biblia dice: Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.
- Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes; presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros.
- Oh Fiel y Verdadero, que nuestro espíritu quebrantado busque celosamente la fidelidad a tu Sagrada Palabra,
- para ser siervos aprobados.
- La Biblia enseña: Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones; no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador.
- Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación de todos los hombres, enseñándonos que, renunciando ala impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la nanifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
- Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.
- Oh Soberano Señor,
- Por tu excelsa diestra, nuestras indignas almas fueron acrisoladas;
- para ser revestidas del irreprensible y sobrenatural linaje.
- Oh Hijo del Hombre,
- en tu ministerio público, diste a conocer las buenas nuevas de salvación eterna.
- Y es que, oh Señor, por la invocación de tu santo nombre,
- nos hemos asido a la santidad de tu gloria excelsa.
- Oh Santo de Israel,
- a nada somos ajenos de tu gloria.
- Porque nadando a favor del vivífico río de la fe,
- hemos sido coronados en victoria.
- Paz de Cristo
domingo, 17 de julio de 2022
TITO 2:1,2 EN CRISTO
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