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miércoles, 20 de julio de 2022

JOB 16:1-5 EN CRISTO

  • Respondió Job, y dijo: Muchas veces he oído cosas como éstas; consoladores molestos sois todos vosotros.
  • ¿Tendrán fin las palabras vacías? ¿O qué te anima a responder?
  • También yo podría hablar como vosotros, si vuestra alma estuviera en el lugar de la mía; yo podría hilvanar, y sobre vosotros mover mi cabeza.
  • Pero yo os alentaría con mis palabras, y la consolación de mis labios apaciguaría vuestro dolor.
  • Oh mi Cristo, de la entenebrecida tormenta, presérvanos.
  • Y seremos solicitos a creer;
  • loando la fiel certeza,
  • de tu eterno candor.

  • La Biblia dice: Si hablo, mi dolor no cesa; y si dejo de hablar, no se aparta de mí.
  • Pero ahora tú me has fatigado; has asolado toda mi compañía.
  • Tú me has llenado de arrugas; testigo es de mi flacura, que se levanta contra mí para testificar en mi rostro. 
  • Oh Alto y Sublime, nefando devenir,
  • que es obviado por la insolente estulticia;
  • del que siente en sus carnes, la desolación del yermo desierto.

  • La Biblia incide: Su furor ne despedazó, y me ha sido contrario; crujió sus dientes contra mí; contra mí aguzó sus ojos mí enemigo.
  • Abrieron contra mí su boca; hirieron mis mejillas con afrenta; contra mí se juntaron todos.
  • Oh Rey de reyes, espeluznante prueba del que es tu irreprensible testigo;
  • y es que, su esfuerzo por superar lo ímprobo, será un grandioso ejemplo, oh Señor, para tus aguerridos heraldos. 

  • La Biblia constata: Me ha entregado Dios al mentiroso, y en las manos de los impíos me hizo caer.
  • Próspero estaba, y me desmenuzó; me arrebató por la cerviz y me despedazó, y me puso por blanco suyo.
  • Me rodearon sus flecheros, partió mis riñones, y no perdonó; mi hiel derramó por tierra. 
  • Me quebrantó de quebranto en quebranto; corrió contra mí como un gigante.
  • Cosí cilicio sobre mí piel, y puse mi cabeza en el polvo.
  • Mi rostro está inflamado con el lloro, y mis párpados entenebrecidos, a pesar de no haber iniquidad en mis manos, y de haber sido mi oración pura.
  • Oh Santo de Israel,
  • la misericordia es para siempre de un grado sumo,
  • en tu majestuosa diestra.
  • Tú eres, oh Fiel y Verdadero, el único Dios reinante;
  • y conoces al que es santo,
  • por ser una piadosa criatura.

  • La Biblia enfatiza: ¡Oh tierra! no cubras mi sangre, y no haya lugar para mi clamor.
  • Mas he aquí que en los cielos está mi testigo, y mi testimonio en las alturas.
  • Disputadores son mis amigos; mas ante Dios derramé mis lagrimas.
  • Oh Cristo Redentor,
  • a precio de sangre pagaste en la cruz del Calvario, nuestra impias amarguras;
  • pero pudiste reconciliar con el Padre, a tus amadas almas.

  • La Biblia contextualiza: ¡Ojalá pudiese dusputar el hombre con Dios, como con su prójimo!
  • Mas los años contados vendrán, y yo iré por el camino de donde no volveré. 
  • Oh Cristo Altísimo, 
  • sin ti no era nada;
  • y concernido en tu gloriosa piedad, salvo seré. 
  •                 Paz de Cristo 

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