- Oh mi Cristo,
- Tú nunca aprobarás al que está en la carne.
- Y es que, a toda verdad te llevará el Santo Espíritu;
- si te has librado de la inmundicia infame.
- Oh Alto y Sublime,
- guárdame del hedor del maligno.
- Y andaré, oh Señor, como Tú anduviste,
- para ser un siervo digno.
- Oh Sumo Alfarero,
- santo es el barro que tus manos han moldeado.
- Pero será en el día postrero,
- cuando únicamente aprobarás, al ser que por la iniquidad no ha sido desvirtuado.
- Oh Santo de Israel,
- Tú también fuiste tentado en el desierto, pero no diste lugar a Satanás.
- Sí, en el desierto el día aquel,
- Jesús, dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.
- Ningún trapo de inmundicia te pudo doblegar,
- Oh Hijo del Hombre.
- Y es que, con tu sacrificio de redención en la cruz del Calvario, a toda la humanidad quisiste salvar,
- por amor de tu santo nombre.
- Paz de Cristo
martes, 12 de julio de 2022
SÉ UN SIERVO APROBADO EN CRISTO
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