- Oh mi Cristo,
- Tú creaste la gran comisión para predicar el Evangelio hasta lo último de la tierra.
- Pero es necesaria la unción del Santo Espíritu,
- que a toda santa e inequívoca verdad nos lleva.
- Oh Cristo Altísimo,
- el ser humano, desde su percepción, nunca obedecerá a la grandiosidad de ofrendarte lo mejor.
- Sin embargo la prerrogativa de entrar en el Lugar Santísimo,
- nos viene dada por tu excelsa misericordia, oh Señor.
- Oh Alto y Sublime,
- la poesía Cristocéntrica, no es la veleidosa intención que a alguien se le ha ocurrido a través de su obscurantista ignorancia.
- Está inspirada en el que vive en la luz inaccesible;
- y porque a Él le agrada, subyace de su gloriosa excelencia.
- Oh Sumo Hacedor,
- Tú a cada uno le has puesto en el exacto lugar que le corresponde; y tu sagrado orden es el que opera en la inescrutable creación.
- Todo está imbricado en un celestial misterio, oh Señor,
- que Tú activas singularmente en el humano corazón.
- Oh Hijo del Hombre,
- lo transcrito de tu Santo Espíritu, es el mensaje poético que recorre el mundo desde oriente hasta occidente.
- Y como el viento de Sion va por todo lugar; así el inicuo interiorizará en su ser la revelación de tu majestuoso nombre,
- para que su anhelo de salvación sea de una gratitud ferviente.
- Paz de Cristo
viernes, 29 de julio de 2022
LA POESÍA EVANGELIZADORA ES PARA DELEITARSE EN TU ADORACIÓN, OH CRISTO
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