- Oh mi Cristo,
- sublime es profesarte adoración.
- Y esta es la inconmensurable verdad del Santo Espíritu,
- cuando amas con regocijo en el corazón.
- Oh Santo de Israel,
- tu Sagrada Palabra, discierne del corazón humano el pensamiento y la intención.
- Y es que, oh Señor, nadie te puede agradar sin fe.
- Porque con excelso amor, hemos de caminar por la senda angosta de espiritual adoración.
- Oh Hijo del Hombre,
- siguiendo fielmente tus pasos, edificaremos nuestra salvación.
- Y no habrá desmayo en la adoración a tu santo nombre,
- para recibir, oh Rey de reyes, tu majestuoso y eterno perdón.
- Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
- Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.
- Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
- Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
- Oh Alto y Sublime,
- danos de tu luz admirable; y resplandecerá nuestra alma de sus vanos extravíos.
- Oh gran Yo Soy, manifiesta tu grandiosa misericordia con las ovejas que en tu prado pacen;
- para predicar las buenas nuevas de salvación eterna, a las almas que el glorioso paraíso anhelen.
- Paz de Cristo
lunes, 25 de julio de 2022
SÉ UN GENUINO ADORADOR EN CRISTO
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