EL ELUDIR TU GLORIA, SIEMPRE OBRA EN MENOSCABO DEL SER HUMANO, OH CRISTO

• La Biblia enseña: Pero él les mandó que a nadie dijesen esto, encargándoselo rigurosamente,
• y diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día. 
• Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. 
• Porque todo el que quiera salvar su vida por causa de mí, éste la salvará. 
• Pues ¿qué aprovechará al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?
• Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles. 
• Pero os digo en verdad, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios. 
• Oh mi Cristo, Tú, en el ser humano que de sus pecados muestra su arrepentimiento fervientemente,
• anhelas glorificarte, porque para siempre es tu misericordia. 
• Nada te impedirá congraciarte,
• cuando lo tenebroso de su alma el impío raerá,
• para adorar al Señor Altísimo. 
• Y la gracia del cielo hará que ya no tropieces;
• porque todos tus males habrán sido sanados.
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• Oh Cristo Altísimo,
• el alma que te reste gloria, pretende ahondar en el ignominioso abismo;
• porque su precario conocimiento no le ha permitido descifrar, que en el glorioso cielo está la victoria. 
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• Oh Santo de Israel, 
• transcendente es vencer o perder en la senda, donde irremisible e indeleblemente dejas tu huella.
• Y sólo con el quebrantamiento de espíritu, podrás sobredimensionar la fe,
• que la sabiduría de lo alto nos revela.
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• Oh Hijo del Hombre, 
• el que es esclavo del pecado, 
• nunca se moviliza buscando el fruto del Espíritu en tu majestuoso nombre;
• porque considera al que practica la santísima verdad, un ser mentalmente trasnochado.
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• Oh Sumo Hacedor, 
• en el intento de enumerar la sobrenatural gracia que has puesto a nuestro alcance, 
• obviamos tu excelso amor,
• que nos ha guardado en la insensatez de cada lance.
•                 Paz de Cristo