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martes, 8 de agosto de 2023

ÚNICAMENTE EL AGUA QUE TÚ DAS SACIA MI SED, OH CRISTO

  • La Biblia dice: Ahora pues, oye, Jacob, siervo mío, y tu Israel, a quien yo escogí. 
  • Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí. 
  • Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; 
  • y brotaron entre hierba, como sauces junto a la ribera de las aguas.
  • Éste dirá: Yo soy  Jehová; el otro se llamará del nombre de Jacob, y otro escribirá con su mano: A Jehová, y se apedillará con el nombre de Israel.
  • Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios. 
  • ¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir.
  • No temáis, ni os amdrentéis; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno.
  • Oh mi Cristo, por tu sagrada llaga, espiritualmente me definí;
  • porque Tú eres el primero y el último, el principio y el fin.
  • Y ya somos tus fieles y consagrados siervos, 
  • al ser lavados, oh Señor, por tus Escrituras Sagradas.
  • Tú eres el autor y consumador de la fe, 
  • oh Cristo Jesús, para tus discípulos consagrados.
  • Y serás, oh Eterno, imperecederamente en nuestro Cristocéntrico sentir;
  • porque asidos de tu excelsa diestra, moraremos para siempre con el Altísimo.

  • Jesús, dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 
  • mas el que bebiere del agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. 
  • Oh Santo de Israel, 
  • ningún impedimento podrá restarnos la bendición, que nos depare tu sobrenatural gracia. 

  • Oh Rey de reyes, y Señor de señores, 
  • rae de mi mente cualquier atisbo de no arrostrar la santísima verdad. 
  • Y es que, nada somos sin tus misericordias y favores, 
  • por ser la máxima provisión de santidad. 

  • Oh Hijo del Hombre,
  • Tú nos diste el don de la fe, para clamar de lo alto sabiduría. 
  • Y no nos gloriaremos en tu majestuoso nombre, 
  • hasta que no interioricemos en nuestro corazón, la radiante luz del mediodía. 

  • Oh Alfa y Omega, 
  • no hay manera de entender, sino es por fe,
  • que saliera de la peña el agua más pura;
  • y así, oh Rey de la gloria,  podremos saciar de tu santísima verdad al que espiritualmente no ve.
  •               Paz de Cristo 

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