- La Biblia dice: Ahora pues, oye, Jacob, siervo mío, y tu Israel, a quien yo escogí.
- Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí.
- Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos;
- y brotaron entre hierba, como sauces junto a la ribera de las aguas.
- Éste dirá: Yo soy Jehová; el otro se llamará del nombre de Jacob, y otro escribirá con su mano: A Jehová, y se apedillará con el nombre de Israel.
- Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios.
- ¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir.
- No temáis, ni os amdrentéis; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno.
- Oh mi Cristo, por tu sagrada llaga, espiritualmente me definí;
- porque Tú eres el primero y el último, el principio y el fin.
- Y ya somos tus fieles y consagrados siervos,
- al ser lavados, oh Señor, por tus Escrituras Sagradas.
- Tú eres el autor y consumador de la fe,
- oh Cristo Jesús, para tus discípulos consagrados.
- Y serás, oh Eterno, imperecederamente en nuestro Cristocéntrico sentir;
- porque asidos de tu excelsa diestra, moraremos para siempre con el Altísimo.
- Jesús, dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;
- mas el que bebiere del agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
- Oh Santo de Israel,
- ningún impedimento podrá restarnos la bendición, que nos depare tu sobrenatural gracia.
- Oh Rey de reyes, y Señor de señores,
- rae de mi mente cualquier atisbo de no arrostrar la santísima verdad.
- Y es que, nada somos sin tus misericordias y favores,
- por ser la máxima provisión de santidad.
- Oh Hijo del Hombre,
- Tú nos diste el don de la fe, para clamar de lo alto sabiduría.
- Y no nos gloriaremos en tu majestuoso nombre,
- hasta que no interioricemos en nuestro corazón, la radiante luz del mediodía.
- Oh Alfa y Omega,
- no hay manera de entender, sino es por fe,
- que saliera de la peña el agua más pura;
- y así, oh Rey de la gloria, podremos saciar de tu santísima verdad al que espiritualmente no ve.
- Paz de Cristo
martes, 8 de agosto de 2023
ÚNICAMENTE EL AGUA QUE TÚ DAS SACIA MI SED, OH CRISTO
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