- La Biblia dice: Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo;
- y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar.
- Cuando Jesús la vio la llamó, y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad.
- Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó, y glorificaba a Dios.
- Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar en estos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo.
- Entonces el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el día de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber?
- Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?
- Al decir estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él.
- Oh mi Cristo, en todo caso, resulta desaprobado el hecho jactancioso;
- porque la pureza de tu milagro, tenía como único fin sanar.
- Y nadie puede suplir, oh Señor, tu perfecta verdad con la ritualidad del malintencionado subterfugio.
- Ante todo, siempre hemos de creer,
- en el Todopoderoso,
- sabiendo de facto, que es el autor y consumador de la fe.
- La Biblia enseña: Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.
- Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tu haces, si no está Dios con él.
- Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, el que no naciera de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
- Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
- Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciera de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
- Lo que es nacido de carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
- No te maravilles, de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
- El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
- Oh gran Dios,
- aquí, es cuando de gracia recibimos el don de la fe.
- Y sólo tus siervos consagrados;
- en tu majestuoso nombre, han podido creer.
- Porque de Sion son los espirituales vientos,
- que nos han concernido de fe.
- Y es que, oh Sumo Alfarero,
- Tú eres Dios manifestado en carne, exortándonos el glorioso Evangelio.
- La Biblia constata: Al anochecer, descendieron sus discipulos al mar,
- y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos.
- Y se levantaba el mar con un gran viento que soplaba.
- Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo.
- Mas él les dijo: Yo soy; no temáis.
- Ellos con gusto le recibieron en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra adonde iban.
- Oh Santo, en este portentoso milagro; y ante la imposibilidad de poderlo descifrar,
- sentimos el privilegio de poder testificar con ilimitada fe, oh Señor, tu transitar sobrenatural por los senderos más singulares y bellos.
- Ningún impedimento te supuso la marejada,
- que arreció a sotavento, o a barlovento.
- Y es que, si mis coordenadas evaluais;
- en nada, con las marítimas al uso, registrase podrían.
- La Biblia asevera: Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús.
- Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No.
- El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.
- Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simon Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar.
- Y los otro discípulos vinieron con la barca, arrastrando la red de peces, pues no distaba de tierra sino como doscientos codos.
- Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan.
- Jesús les dijo: Traed de los peces que acabáis de pescar.
- Subió Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena de grades peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos la red no se rompió.
- Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Tú quién eres? Sabiendo que era el Señor.
- Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado.
- Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discipulos, despues de haber resucitado de los muertos.
- En la inaccesible luz,
- únicamente vive el Dios Eterno.
- Y de su gloria han recibido bendiciones,
- los que con gran fervor, oh gran Yo Soy, te han podido adorar.
- Y serán bienaventurados;
- porque en tu majestuoso nombre, edificaron la edénica paz,
- que el maligno a los genuinos heraldos pretendió conculcar.
- Pero en tu fortaleza inexpugnable, el verdadero siervo se santificó,
- oh Rey de la gloria, para al errático profesarle amor.
- Y por ser, el Altísimo Señor Jesucristo, el primogénito de los muertos resucitado,
- se hizo su inconmensurable exaltación, en la magnificencia de los benditos cielos.
- Paz de Cristo
miércoles, 2 de agosto de 2023
EL MILAGRO SE MANIFIESTA EN TU LUZ INACCESIBLE, OH CRISTO
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