- La Biblia enseña: Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.
- Y le preguntaron sus discipulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?
- Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.
- Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.
- Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.
- Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego.
- Y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.
- Oh mi Cristo, de gracia recibimos, lo que fluye de tu glorioso pensamiento.
- Y urgente sello conlleva el milagroso prceso;
- pero has de contar con la fe,
- del desahuciado que se quiera sanar.
- Y es que, el altivo y arrogante de espíritu moribundo,
- no saldrá del hediondo pozo cenagoso, sin dar por consumado su arrepentimiento.
- El que sea libertado por tu gracia, oh Señor, habrá de perseverar hasta el fin en la senda angosta; e invocando tu santo nombre, con loas que presagian tu arrebatamiento.
- La Biblia dice: Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente.
- Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
- Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al mismo instante su lepra desapareció.
- Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta las ofrendas que ordenó Moisés, para testimonio de ellos.
- Oh Alto y Sublime,
- no tengo más afán, que servirte con la predicación poética humildemente.
- Porque nadie, escepto Tú, Soberano Dios, nuestra redención y justificación asumió,
- para salvación de tus irreprensibles siervos.
- La Biblia incide: Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre,
- y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor;
- cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto.
- Porque decía: Si tocare tan solo su manto, seré salva.
- Y enseguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.
- Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?
- Sus discipulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado?
- Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto.
- Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad.
- Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.
- Oh Hijo del Hombre,
- Altísimo Señor,
- Tú eres el Santo,
- y de toda conducta insana,
- fuimos librados a la postre.
- Y por ser tus probos hijos,
- los has santificado.
- Y les has dado provisión de tu maná del cielo,
- para que eternamente en santidad,
- pudieren genuflexos adorarte.
- Oh Rey de reyes y Señor de señores,
- es del todo inverosímil glosar,
- la cifra inconmensurable de misericordias y favores,
- con las que inmerecidamente, oh Rey de la gloria, has podido nuestra vida carnal y espiritual conformar.
- Oh Alfa y Omega,
- tus pensamientos y tus hechos son en clave de eternidad.
- Y es tu Sagrada Palabra la que con sus preceptos nos alerta:
- de no percibir nuestro enderredor, fuera de su santísima verdad.
- Paz de Cristo
viernes, 18 de agosto de 2023
TU FE GESTA EL MILAGRO EN CRISTO
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