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domingo, 20 de agosto de 2023

TU VIDA SERÁ PERMEABLE A LA SANTIDAD, SI OBRAS EN CRISTO

  • La Biblia enseña: Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros a las naciones que habéis llegado.
  • Y santificaré mi grande nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en nedio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos.
  • Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de toda la tierra, y os traeré a vuestro país. 
  • Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.
  • Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
  • Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
  • Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios. 
  • Oh mi Cristo, grandioso privilegio es haber sido en tu glorioso nombre santificado;
  • porque esta es la permeabilidad espiritual, que se hace visible en tus auténticos hijos. 
  • Y este es el piadoso fin,
  • con el que al Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo agradaré.
  • Y es que, sería insoslayable, 
  • no haberse revestido de tu excelsa gloria,
  • para ser tus irreprensibles siervos consagrados.

  • La Biblia dice: La nano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y ne puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.
  • Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera.
  • Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehova, tú lo sabes. 
  • Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. 
  • Así ha dicho Jehová el Seño a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. 
  • Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová. 
  • Proféticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos secos se juntaron cada hueso con su hueso.
  • Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu.
  • Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así  ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.
  • Y proféticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo. 
  • Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son  la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos.
  • Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. 
  • Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. 
  • Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová. 
  • Oh Santo de Israel, ya no hedían los muertos,
  • porque reseca estaba su calavera.
  • Y es que, era necesario insuflarles de Sion sus benditos aires,
  • y su osamenta se vivificará.
  • Y así recibiréis, 
  • a la eterna gloria que el gran Dios os dará. 
  • Y en el Edén del cielo,
  • veréis en santidad la faz del Altísimo Cristo. 
  • Y separará a los cabritos,
  • de las ovejas del Eterno.
  • Y serán tus probos discípulos,
  • Oh Señor, los que de esto darán fe.
  • Porque en él paraíso, 
  • la gloria del Santo su alma sellará.

  • Oh Sumo Hacedor, 
  • Tú has medido cada palmo de nuestra existencia. 
  • Y únicamente nuestro ferviente amor,
  • será manifiesto en pos de nuestra espiritual excelencia. 

  • Oh Rey de reyes y Señor de señores,
  • no daría de sí cada segundo de nuestra vida,
  • para darte las gracias por tus inconmensurables favores;
  • que por tu misericordia, oh gran Yo Soy, derramas profusamente de lo alto; como son el don perfecto y la buena dádiva. 

  • Oh Alfa y Omega, 
  • para el ser humano es una asignatura pendiente, 
  • interiorizar tu excelsa gracia;
  • porque no viene de otro, sino del Soberano Señor Omnipotente. 
  •                Paz de Cristo 

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