Powered By Blogger

miércoles, 30 de agosto de 2023

EL QUE PREJUZGA, NO HA ESTADO NUNCA EN CRISTO

  • Jesús, enseña: Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; 
  • bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.
  • Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. 
  • A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.
  • Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos. 
  • Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.
  • Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo.
  • Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. 
  • Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ellos nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno con los ingratos y malos. 
  • Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. 
  • Oh mi Cristo, sin ser importunados, tus auténticos siervos, a todas estas veleidades que pudieran contrariarles obedecen,
  • y no prejuzgan.
  • Lo que para el mundano generaría disensiones; 
  • el hijo de Dios, lo resuelve sin hacer ninguna enmienda.
  • Sus actos son tan bellos,
  • que en nada escatiman,
  • ¿será porque carecen de egoísmo?
  • Nada hollan en cualquier paso dado,
  •  porque siempre son bienintencionados,
  • al estar revestidos de la gracia del Todopoderoso. 

  • La Biblia dice: Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por nedio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 
  • Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;
  • y la paciencia, prueba; y la prueba esperanza;
  • y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
  • Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 
  • Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 
  • Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 
  • Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
  • Porque siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
  • Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación. 
  • Oh Santo Espíritu, 
  • en tu presencia estamos consagrados. 
  • Y del cielo es la excelencia, 
  • que obra sin tardanza, 
  • en el siervo bienaventurado. 
  • Por tu grandiosa piedad, oh Señor, somos tus hijos, 
  • sin propio merecimiento. 
  • Justificaste nuestro pecados por gracia,
  • Y nos reconciliarse con el Padre, oh Rey de la gloria,
  • para ser bendecidos con su majestuoso perdón. 

  • La Biblia incide: Sabiendo esto Jesús, se apartó de allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos,
  • y les encargaba rigurosamente que no le descubriesen;
  • para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo:
  • He aquí mi siervo, a quien he escogido; mi Amado, en quien se agrada mi alma; pondré mi Espíritu sobre él, y a los gentiles anunciará juicio.
  • No contenderá, no voceará, ni nadie oirá en las calles su voz.
  • La caña cascada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará, hasta que saque a victoria el juicio. 
  • Y en su mombre esperarán los gentiles. 
  • Oh Cristo Jesús, con tu sacrificio en la cruz del Calvario, todo los pecadores fueron redimidos;
  • pero para ser salvos, faltaría que creyesen,
  • en el Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo. 
  • Y el don de la fe,
  • es el punto de inflexión. 
  • Porque el fiel de tu sagrada balanza, oh gran Dios, es taxativo en su veredicto;
  • y no obedece, a ninguno de los inmundos ardiles.

  • Oh Santo de Israel, 
  • Tú ofrendaste al mundo la salvación,
  • por ser el autor y consumador de la fe;
  • a sabiendas de que el ser humano, adolecía de un engañoso y endurecido corazón.

  • Oh Hijo del Hombre, 
  • a todos los que no creyeren,
  • en tu santo nombre; 
  • los apartarás, oh Señor, de los que asignados por gracia se bendicen. 
  •                 Paz de Cristo 

No hay comentarios:

Publicar un comentario