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miércoles, 23 de agosto de 2023

LA OBEDIENCIA A LA SAGRADA PALABRA, ÚNICA FORMA DE AGRADAR A NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO

  • La Biblia dice: Mientras él hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban fuera, y le querían hablar. 
  • Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están fuera, y te quieren hablar.
  • Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos.
  • Porque todo aquel que hace la voluntad de mí Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana y madre.
  • Oh mi Cristo, únicamente a tu sobrenatural presencia he de adorar;
  • porque sólo loando tu nombre me podré santificar.
  • Y es que, oh Señor, los siervos que fervientemente te amamos,
  • testificaremos hasta el fin en tu majestuoso nombre. 

  • Jesús, dijo: Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos. 
  • Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido. 
  • ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado?
  • Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquella, que por las noventa y nueve que no se descarriaron.
  • Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños. 
  • Oh Sumo Alfarero, prodigiosos son tus desvelos, 
  • por transformar en tu sagrada rueda, al que hace desdén del principio bíblico. 
  • Y será un ser bienaventurado; 
  • si muestra obediencia, sin añadir ni quitar una tilde de los perfectos versículos que le consagraron, 
  • para traspasar el glorioso umbral de los cielos.
  •  
  • La Biblia enseña: En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?
  • Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos,
  • y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. 
  • Así que, cualquiera que se humille como este niño, es el mayor en el reino de la cielos. 
  • Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe.
  • Oh Alto y Sublime, nadie puede interferir en tus propósitos;
  • porque tu inaccesible luz, no obedece a lo universales perímetros. 
  • Y por sus prístinos celos, 
  • tus perseverantes discipulos,
  • se postulan, oh Señor, para entrar en tu gloria inmarcesible. 

  • Oh Santo de Israel, 
  • en tu ministerio público, nos enseñaste a predicar, sanar y amar, siendo hacedores del Evangelio de la gracia.
  • Y siempre obrará la fe,
  • para que tú seas capaz de amar al que no ama.

  • Oh Hijo del Hombre, 
  • la sombra sagrada de tu silueta, en la tierra dejaste indeleble. 
  • Sí, porque tu nombre que es sobre todo nombre, 
  • oh Cristo Jesús, será el que de la abominación desoladora nos salve. 
  •              Paz de Cristo 

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