- Jesús, dijo: Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
- En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
- Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.
- Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
- Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.
- Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
- Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos.
- Vosotros sois mis testigos, si hacéis lo que yo os mando.
- Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.
- No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
- Esto os mando: Que os améis unos a otros.
- Oh mi Cristo,
- a los que por el mundo deambulabamos erráticos,
- nos revestiste de tu candor.
- Y por la obediencia a tu celestial primor,
- el espíritu advenedizo se vio persuadido.
- Y nuestro ser fue santificado,
- oh Señor, para ser de facto tus verdaderos hijos.
- Y siempre anunciando,
- que resistiremos hasta la sangre, en tu santo nombre, los siervos que no esquivaremos la muerte, por irremisiblemente creer.
- Porque sé,
- oh Cristo Jesús, que en tu gracia, indubitablemente estaremos completos.
- La Biblia enseña: Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
- Entonces, extendiendo él la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él.
- Y él le mando que no lo dijese a nadie; sino ve, le dijo, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificacion, según mandó Moisés, para testimonio a ellos.
- Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucho gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades.
- Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.
- Oh Santo de Israel,
- Tú eres el autor y consumador de la fe.
- Todos lo siervos que en tu glorioso nombre confiaron, fueron sanados;
- porque tus excelsas bendiciones,
- nadie las estorba.
- Jesús, incide: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
- El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
- Y estas señales seguirán a los que creen: En su nombre echarán fuera demonios; hablarán en nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán.
- Oh Cristo Jesús, ante tu inminente venida, la pureza del altar es de gran premura,
- para el que anhela ser bienaventurado;
- porque de gracia bendecirán.
- Oh gran Dios,
- provisión de lo alto son tus señales.
- Y de los siervos consagrados,
- las dádivas celestiales.
- Oh Sumo Hacedor,
- de los entendidos,
- será el radiante resplandor,
- que para poder abrír la única puerta de gloria, nunca se dieron por vencidos.
- Paz de Cristo
jueves, 10 de agosto de 2023
QUE NADA TE SEA IMPEDIMENTO PARA LLEGAR AL CULMEN DE CREER EN CRISTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario