- La Biblia dice: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
- Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
- No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
- Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.
- Oh mi Cristo, de los siervos guardados en tu regazo, ninguno se perderá;
- porque de gracia en su vida, la eternidad contempla.
- Y persistamos en predicar la Sagrada Palabra,
- para que el corazón del que hubiere creido, pueda ver lo que el mundo no ve.
- La Biblia enseña: ¡Ay de mi! porque estoy como cuando he recogido los frutos del verano, como cuando han rebuscado después de la vendimia, y no queda racimo por comer; mi alma deseó los primeros frutos.
- Faltó el misericordioso de la tierra, y ninguno hay recto entre los hombres; todos acechan por sangre; cada cual arma red a su hermano.
- Para completar la maldad con sus manos, el príncipe demanda, y el juez juzga por recompensa; y el grande habla el antojo de su alma, y lo confirman.
- El mejor de ellos es como el espino; el más recto, como zarzal; el día de tu castigo viene, el que anunciaron tus atalayas; ahora será su confusión.
- No creas en amigo, no confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu boca.
- Porque el hijo deshonra al padre, la hija se levanta contra la madre, la nuera contra su suegra, y los enemigos del Hombre son los de su casa.
- Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá.
- Oh Santo de Israel, a lo que se asemeja la letal provisión de los disolutos,
- obra paralelamente a las perversas herejías de los profanos.
- Y lo acreditan,
- con su endurecido corazón;
- pendiendo del abismo, que anuncia su flagrante derrota.
- Y es que, edificaron su existencia con una adulterada argamasa,
- que nunca del infierno los salvará.
- Oh Sumo Alfarero,
- Tú viniste a rescatarnos de las fauces satánicas.
- Y hemos confiado en tu sobrenatural rueda, oh Señor, para que nos dieras un espíritu nuevo,
- rayendo de nuestra alma las ancestrales ideas sépticas.
- Oh Santo,
- el viento de Sion,
- nos faculta de alas que nos elevan hasta la sabiduría de lo alto,
- para dar vida al famélico y desahuciado corazón.
- Oh Eterno,
- nuestros ojos están puestos en tu excelsa gloria.
- Y derramas profusas bendiciones del cielo,
- oh Rey de reyes, coronándonos con la grandiosa e inmerecida victoria.
- Paz de Cristo
domingo, 9 de julio de 2023
DE TU SER LO GENUINAMENTE ESPONTANEO, TE ABOCARÁ A DAR EL ESPIRUTUAL FRUTO EN CRISTO
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