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lunes, 17 de julio de 2023

LA PIEDAD, VESTIDO AL QUE NUNCA HAS DE RENUNCIAR EN CRISTO

  • La Biblia dice: Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 
  • por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;
  • vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;
  • al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 
  • a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
  • Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 
  • Oh mi Cristo, en tu Sagrada Palabra no ha lugar la autocomplacencia,
  • porque su bendito conocimiento nos ha sido dado por tu inconmensurable aquiescencia. 
  • Y los que creemos en el Fundamento, 
  • estamos concernidos en la santísima verdad,
  • que emana de tu celestial candor.
  • oh Santo Espíritu.

  • La Biblia enseña: Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, 
  • enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, 
  • aguardando la esperanza bienaventurada y manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
  • quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. 
  • Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie. 
  • Oh Santo de Israel, la opacidad de nuestra mirada, se cura con la majestuosa luz de tus sobrenaturales bendiciones.
  • Doctos seremos, si buscamos incesantemente la irrefutable verdad del Santo Espíritu.
  • Y porque tu misericordia es para siempre,
  • oh Señor, preservados seremos por tus glorias,
  • que resplandecerán aun en la entenebrecida noche.

  • Oh Cristo Redentor, 
  • no existe ninguna humana perversión, que tu sangre derramada en la cruz del Calvario no haya podido redimir.
  • Sí, porque ningún mal subyace ante la magnificencia de tu excelso amor;
  • por ser Tú, oh gran Yo Soy, el primero y el último, el principio y el fin. 

  • Oh Cristo Altísimo, 
  • no dejaste ningún cabo suelto, al redimir a toda la inmunda e insolente humanidad; cuando venciste con tu muerte, y muerte de cruz al imperio de la muerte. 
  • Y para santificar nuestra alma, tenemos la inmensa gracia de poder entrar al Lugar Santísimo;
  • y ser equidistantes con las insidias del maligno, por la propiciación del Señor Omnipotente. 

  • Oh Rey de reyes, y Señor de señores, 
  • debido a nuestra obsolescencia, nunca podríamos abrir la puerta de la gloria. 
  • Pero por tus misericordias y favores, 
  • oh Hijo del Hombre, seremos de gracia, y sólo de gracia coronados en victoria. 
  •                   Paz de Cristo 

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