EL CÚLMEN DE LA ADORACIÓN, HA DE SER INEQUÍVOCAMENTE EN CRISTO

• Jesús, dijo: Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 
• Dios es Espíritu; y los que te adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
• Oh mi Cristo, a tus siervos probos das sabiduría de lo alto, para que de gracia se afirmen, 
• y por tu sagrada senda perseveren.
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• Oh Cristo Redentor, 
• sabiendo que expiraste en la cruz del Calvario por todas nuestras perversas acciones, es imposible mirar para otro lado;
• sabiendo, que por la redención de nuestra abyecta alma, diste el más excelso amor,
• para que uno de nosotros, entre muchos, fuera bienaventurado. 
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• Oh Sumo Alfarero, 
• nada se te oculta, cuando en tu sobrenatural rueda, un pagano quiere que lo moldes para ser tu irreprensible siervo. 
• Y este cristiano deseo, 
• se hace patente en su acuciante desvelo. 
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• Oh Cristo Jesús, 
• ¿sabemos cuál es el misterioso proceso de nuestra salvación?
• ¡Seguro que hemos palpado en algún momento esta gloriosa plenitud!
• Y no buscaremos otra cosa, oh Señor, sino tu majestuoso perdón. 
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• Oh Hijo del Hombre, 
• ser consubstanciales a tu santidad, es la gracia más importante a conquistar.
• Y exaltaremos día y noche tu majestuoso nombre, 
• como única e indubitable forma de amar. 
•               Paz de Cristo